Welcome to my blog. Another Day in "Paradiso" was created to capture and share news, moments, memories, photos, videos and more, that make our days. One of my favorite phrases is "another day in paradise", which we use often, sometimes sarcastically, referring to our daily living in otherwise not so perfect days. With this in mind, I have long adopted the phrase "otro dia en el paradiso" (another day in paradiso), remembering that in this imperfect world we must make our own "paradiso".



"Paradiso"

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Viejo San Juan

28 ene 2012

Encuentro Cercano en Tallaboa, Segunda Parte - Por Edil Rentas


Click aquí para leer la primera parte: Otro Día en "Paradiso": Encuentro Cercano en Tallaboa

Playa Alegre, lugar de los hechos
Desde hace una semana el ambiente en Tallaboa es diferente. Desde el momento en que fuimos visitados por seres extraterrestres que descendieron en esferas transparentes desde una nave matriz de gran tamaño y similar apariencia, y un contingente de agentes federales en su persecución, nadie quiere salir solo y mucho menos de noche.  Constantemente miramos al cielo en espera de ser visitados nuevamente por esos seres, según dijeron que lo harían.

Aunque yo no he visto nada raro nuevamente, se oyen rumores por doquiera acerca de luces, gente y  eventos extraños. No he visto a mi amigo Frank desde que salió de la casa a toda prisa el día del evento. Aun me pregunto porque salió corriendo ese día, y porque los seres regresaron en su carro, sin él. Johnny, mi otro amigo quien vive cerca de Frank me comento que lo había visto en La Vocacional de Ponce durante la semana, y que lo había notado algo raro.
¿Como que lo notaste raro? Le pregunto a Johnny. Pues tu sabes que él siempre mantiene la barba y el afro como acabado de salir del beauty, redondito, pero esta semana lo vi con el afro todo despeinado, sin forma, y sin afeitarse. Eso sí es raro, comento yo, tu sabes que el pasa casi una hora redondeando el afro, y que porque el afro sirve de imán para las chicas, como él dice, "y todo por un afro".  Por eso digo que me estuvo raro, dice Johnny. Pues voy a pasar por su casa más tarde a ver lo que hay, le comenté a Johnny.


Ecuaciones similares a las de la historia.
Ese mismo día me encontré con Luisito, mi buen amigo. Ya él se había enterado del suceso de la semana anterior, por lo que me comento, "vez Edil yo te lo había dicho, que nosotros llevamos tiempo viendo luces raras en el mar". Si, ahora te lo creo, le contesté. Pero eso no es nada, deja que oigas esto, dice Luis. Uno de los pescadores de la pescadería me contó el otro día, que después de lo sucedido ha venido a pensar más en algo que le ha estado pasando por varios meses. Quién fue ese Luis, le preguntó. No te puedo decir pues él me dijo que no dijera nada, contestó Luis.


Pues como te decía, continúa Luis, esta persona me comentó que desde hace varios meses el despierta a diferentes horas de la noche, y agarra una libreta y comienza a escribir lo que parecen ser ecuaciones algebraicas bien complejas. Según el puede llenar varias páginas en una noche, al punto que ya tiene más de 15 libretas  llenas. Él no sabe de lo que se trata, pues él no sabe álgebra ni nada de eso, pero dice que lo escribe como si se lo estuvieran dictando. ¿Tu estas bromeando Luis? No Edil, yo vi las libretas, el me las enseñó, y de verdad que hasta se me pararon los pelos cuando las vi. Esas ecuaciones o lo que sean son largas, y tienen símbolos bien raros que yo jamás había visto, comentó Luis.


Oye Luis, ¿tu no crees que eso que él escribe está siendo dictado por extraterrestres, no? Yo no sé Edil pero lo que él escribe ni Albert Einstein lo podría entender. ¿Y no me vas a decir quién es? Insisto yo. No chico no te lo voy a decir, enfatizó Luis. Eso puede que sea importante en la búsqueda de la nave esa que según los extraterrestres andan buscando, le digo yo. Si, quien sabe, pues comenzó después de lo que pareció ser un encuentro cercano para él. Pues Luis, cuando hables con él pregúntale que si le molestaría enseñarme las libretas a mí, tengo curiosidad de verlas. Está bien Edil, así lo haré, pero no te prometo nada.

Esa tarde fui a casa de Frank, lo llamé varias veces, hasta que salió. No me digas que estabas durmiendo a esta hora, le comenté. Si chico, llevo un montón de días que no estoy durmiendo bien en las noches, me comentó él. ¿Frank, que pasó la semana pasada cuando se aparecieron las naves que tu saliste como una bala de la casa y te desapareciste? A los pocos minutos de tu irte llegaron cuatro seres extraterrestres en tu Pathfinder a la casa. Si eso fue lo que me dijeron Marisol y Lucy pero yo no me acuerdo de eso. Frank, como no te vas acordar, si estábamos todos juntos cuando tu saliste corriendo. Edil te juro que no se de lo que me hablas. ¿Oye y qué es eso de que te vieron en en la Vocacional con el afro todo despeinao? ¿Quien dijo eso? Pregunta el. Johnny que te vió en la escuela. ¿Johnny, que Johnny? dice el. ¿Que Johnny?  Nuestro amigo Johnny, que otro.

¿Frank, tu estas bien? Durmiendo de día, sin dormir de noche, no te acuerdas de Johnny, ¿que te está pasando chico? Tampoco te acuerdas de lo que pasó la semana pasada, eso está bien raro, le digo. Luego continúo y le cuento la historia que Luis me había dicho respecto al pescador, y su encuentro cercano en la mar, y las libretas llenas de ecuaciones raras. De pronto Frank salió de la morra que lo envolvía, y comenzó a hacerme preguntas sobre lo que Luis me contó. ¿Quién es el pescador ese?Insistió él. No lo sé Frank, pues Luis no quiso decírmelo. ¿Y tú vistes las libretas? Dice Frank. No, pues no te digo que Luis me lo contó esta mañana. Pero yo le pedí a Luis que le preguntara a ver si me las enseña, le comente. Ah pues yo quiero verlas también cuando tú las veas, dijo Frank con mucha insistencia.

La insistencia de Frank me estuvo rara.  ¿Porque quieres ver esas libretas Frank? Le pregunto. Como disimulando su interés me contesta, no nada solo curiosidad. Frank, le digo yo, por algo te tiene que interesar ver esas libretas.  ¿Algo está pasando? Cuéntame. Edil, es que desde el mes pasado yo empecé a escribir unas cosas locas en una libreta, y ya llevo más de 150 páginas. ¿Y qué es lo que escribes? Le pregunto. No sé, parecen como fórmulas químicas o de álgebra o algo así, dice Frank. Déjame verlo, tengo que verlo, insistí. Acto seguido me llevó a su cuarto donde me enseñó la libreta con su rara información. ¿Frank, y como tu escribes esto, tu lo oyes, o qué? No Edil, yo despierto, agarro la libreta y comienzo a escribir como si me lo estuvieran dictando en mi mente. ¿Y tú lo haces  así, más ni más? Le pregunto. No puedo hacer otra cosa, no lo puedo evitar, las veo después que las escribo, contesta Frank.

Frank, tal vez eso explica porque los extraterrestres vinieron aquí la semana pasada. A lo mejor vinieron buscando eso, le dije. Esa gente, o lo que sean, me dijeron que ellos volverían, asi que tal vez vuelvan a buscar esa información. ¿Y si los que vinieron aquí buscan la información, quien te la está dictando entonces? Comento yo. Pues no tengo ni idea Edil, eso me asusta. No es para menos chico, le digo yo. ¿Porque no llamamos a los agentes federales que vinieron aquí y le contamos eso? Chico no, exclama él, y si me llevan y me encierran como hacen en las películas. Eso es verdad, tal vez no sea la mejor idea, le contestó. Mientras observaba la libreta no paraba de pensar en la libreta del pescador. Oye Frank, hay que comparar las dos libretas, la tuya y la del pescador a ver si son similares. Pues si eso es lo que hay que hacer, estoy de acuerdo, dijo él. Pues voy a ver si Luis puede lograr que nos ensenen la libreta esa. Ok, vamos para allá, dijo Frank, pero vamos en mi carro, deja el tuyo aquí.

Fuimos prontamente hasta la casa de Luis y por suerte él estaba allí. Luis, ¿recuerdas la historia que me hiciste de el pescador que escribe las fórmulas esas de noche? Pues claro, contestó él. ¿Hablaste con él? ¿Le preguntaste si me enseñaba las libretas? Si, pero me dijo que él no quería que nadie sepa quién es él, así que me las prestó, dijo Luis. Pues déjame verlas dijo Frank insistentemente. Aguanta, aguanta, que yo le dije que se las iba a enseñar a Edil solamente, dijo Luis.  Yo tengo que ver esas libretas, insistió Frank.


Luis, lo que pasa es que desde hace un tiempo Frank también ha estado escribiendo fórmulas raras en una libreta en las noche. Igual que el pescador, añadí yo, por eso el quiere verlas. Ok Frank, pero no se lo digas a nadie, contesto Luis. Está bien, está bien, contestó Frank. Comenzamos a mirar las libretas y a compararlas, mientras Frank las observaba detenidamente. De pronto como si entrara en un trance, Frank comenzó a leer y a pasar las páginas a gran velocidad, casi como un robot. Luis y yo nos asustamos. Frank, Frank! Qué te pasa, despierta! Gritamos casi a dúo Luis y yo, mientras lo sacudimos sin tener ningún efecto en Frank. 

El continuaba escaneando las paginas como absorbiendo cada página en cuestión de segundos. Luis y yo estábamos paniqueados, sin poder hacer nada, solo observamos a Frank. Después de unos minutos Frank se detuvo momentáneamente, y de pronto agarro todas las libretas y salió corriendo de la casa montándose es su carro, saliendo a toda prisa, igual que la semana anterior. Frank cruzó desde la casa de Luis y se dirigió hacia el Boquete, por lo que Luis y yo lo seguimos corriendo. Cuando llegamos a la pescadería, allí encontramos su carro al lado del muelle, pero ni Frank ni los libros estaban allí. Buscamos por todos lados sin suerte alguna. Ya estaba casi oscuro por lo que pudimos divisar algún movimiento de luces en el área de la montaña de sal, así que nos montamos en el carro, el cual tenía las llaves en la ignición, y viajamos hacia Playa Alegre rápidamente.
Imagen recreada del momento de partida
Íbamos a la millas por el camino de tierra que lleva a la playa, tratando de esquivar lo hoyos. Al llegar al área de la montaña de sal, nos bajamos rápidamente y buscamos sin ver a nadie. Al acercarnos a la orilla del agua, en la parte profunda del canal pudimos divisar algo sumergido con luces, como suspendido bajo el agua. De pronto se aparecieron junto a nosotros los cuatro seres que una semana antes habían estado en la casa de Frank. Telepática-mente nos comunicaron que gracias a nuestra revelación a Frank respecto a las libretas con fórmulas del pescador, habían podido reparar el impulsor magnético de su nave, la cual llevaba meses varada en la profundidad del canal de Playa Alegre.

¿Y donde esta Frank? Les pregunté. Frank está bien, está en la nave. La semana pasada lo interceptamos cuando él salió de su casa, dijo uno de ellos, y lo reemplazamos con un duplicado biónico, con propósito de encontrar las fórmulas que habían sido enviadas, pero que no sabíamos quien las estaba recibiendo y colectando. La atmósfera terrestre nos ha impedido las comunicaciones usando nuestro equipo desde que la nave se averió, pero gracias a un señal de emergencia que pudimos enviar antes del accidente, pudieron dar con el área donde estábamos, por lo que comenzaron a enviar la información que necesitábamos para reparar el reactor. Por eso la visita que hicimos la semana pasada.
Frank, o mejor dicho "Scanner", fue enviado para determinar el paradero de la información y traerla a nosotros. Su misión ya se cumplió, por lo que ya está en la nave. Gracias a su ayuda la nave ha sido reparada y podernos marcharnos a nuestro hogar. Y donde es eso, le pregunté? Muy lejos de aquí, en la Constelación Virgo, para que tengan idea de adónde mirar. Aunque nos marchamos, estaremos eternamente agradecidos, y aunque volveremos algún día, se que ya ustedes no estarán aquí, pero siempre serán recordados.
¿Y el verdadero Frank donde está? ¿Que le hicieron? Pregunte nuevamente. Detrás de ustedes, contestó el ser. Al voltearnos, ahí estaba Frank tal y como había salido de la casa la semana anterior, mirándonos atónito. ¿Qué hora es? ¿Que yo hago aquí? ¿Cómo llegamos aquí? Pregunto Frank. Yo recuerdo que yo salí de casa esta tarde. ¿Frank qué día es hoy?, le pregunte. Pues Domingo, qué día va a ser. Tú estabas en casa esta tarde, con tu esposa, y Lucy y Marisol. No te acuerdas? Si así fue, pero hace una semana de eso. ¿Donde tú estabas, Frank? No me acuerdo. Solo recuerdo salir de casa, y luego encontrarme aquí con ustedes, contestó el.

Luis y yo nos miramos mientras sonreíamos. Tenemos mucho que hablar Frank, le dijimos. Cuando nos volteamos los seres habían desparecido, pero sí pudimos divisar la nave mientras comenzó a desplazarse en lo hondo del canal, mar afuera. ¿Y qué es eso debajo del agua? Pregunto Frank. Es una larga historia, le contesté, la cual leerás algún día. Pero no te preocupes, mañana, es otro día "en Paradiso", y lo habrás olvidado todo.

Click aquí para leer la tercera parte:

Encuentro Cercano En Tallaboa: La Nochebuena

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