Ponce
Antes que el sol te acariciara
lentamente, bajo el bello amanecer,
lentamente, bajo el bello amanecer,
con sus tenues rayos hilachados,
te besó la noche las mejillas
y cubrió todo tu cuerpo desnudo
con su oscuro manto de terciopelo.
Yo te vi de cerca, y tambien de lejos,
toda llena de estrellas
centelleando por el cielo de tu cuerpo,
¡oh! que hermosas te veias desde lejos,
brillabas como brillan los ojos
del eterno enamorado que aguarda un Sí;
te contemplé en la distancia
para admirar tu belleza,
para quedarme con tus recuerdos
y llevarmelos conmigo a donde fuera;
si cierro mis ojos, te puedo recorrer,
y si los abro, te veo en mis pensamientos,
puedo contemplar cada detalle tuyo,
los caminos del pasado incrustados
en las paredes de tus parlantes edificios
que me hablan de ti y tu gloria,
de tu opulenta belleza,
y la alegría con que celebrabas todo,
del ajetreo del puerto y la llegada de sus buques,
y no puedo olvidarte porque tus leones
rugen cada noche en que contemplo tu belleza.
Elvin Pierantoni
La Cruzeta y el Castillo Serralles |
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